viernes, noviembre 25, 2005

Almuerzo de Thanksgiving Day

El Jueves de Thanksgiving cayo la primera nevada Worcester.

domingo, noviembre 20, 2005

The Daily Catch

El barrio italiano de Boston esta lleno de restaurants, panaderias y almacenes, que atienden tanto a los vecinos como a las huestes de turistas famelicos. La coleccion de restaurants es amplia, y cada uno trata de distinguirse ofreciendo comida de alguna region particular de Italia. Nosotros tenemos nuestro favorito: The Daily Catch, un bolichito minimo con seis mesas, un cocinero chino y una gorda divina que atiende a los clientes. Cero pretension, y nada de marketing. La cocina ocupa una esquina del local, y en el sotano se lavan los platos y se limpia el pescado. El menu esta escrito a tiza en un pizarron, y predominan las pastas caseras y los pescados y mariscos. La ultima vez que fuimos nos sentamos en la unica mesa de la ventana. La tarde gris pedia sabores fuertes, asi que pedimos la pasta fresca del dia: linguini a la tinta de calamar con calamares picados, ajo y aceite de oliva, una ensalda, un tinto gauchito y mucho pan para mojar. La pasta llego en la misma sarten en donde el cocinero habia mezclado los ingredientes. Una maravilla, quedamos como si nos hubieran dado una transfusion de sangre.

La tarde siguio con cafecito y cannoli, unos cucuruchos crocantes rellenos de crema de queso mascarpone. Estos cannoli los compramos en una panaderia muy parecida a las de Buenos Aires, con sus mostradores de vidrio llenos de panes, tortas y factura. En realidad, todo el barrio esta lleno de lugares que me recuerdan a Buenos Aires, como los cafes con enormes ventanas a la calle. mesas de formica y el partido de futbol (liga italiana) en la pantalla de TV. Sobre todo los ventanales grandes, es un detalle falta en la arquitectura de New England, donde el pasado puritano impone esconder a los comensales (o sera la cuenta de la calefaccion?)

domingo, noviembre 13, 2005

Haymarket, Boston


Todos los Viernes y Sabados en el North End de Boston abre el Haymarket, una feria a cielo abierto de varias cuadras, donde se puede comprar todo lo comestible a precios rebajados. Caty y yo caimos por ahi un Sabado lluvioso, a eso del mediodia y con la feria desplegada a todo color, sabor y ruido. Recorrer los puestos de fruta y verdura fue como transportarse a otro mundo, lejos de la elegancia patricia de Boston. Los puesteros son salvadorenios, griegos, libaneses, mexicanos, vietnamitas, chinos y algunos locales bostonianos anunciando sus productos con el acento de la region. Los precios son muy bajos, comparados con supermercados, la calidad es despareja y hay que revolver un poco, pero se puede conseguir buena merca. Ademas, los precios bajan a lo largo del dia, y cerca de la hora de cierre se remata todo lo queda por practicamente nada. Lo mas gracioso es que los vendedores cultivan un mal humor constante, que parece ser requisito para instalar un puesto. Ni buen dia, ni que necesita, ni un pomo. Te acercas al puesto, el tipo agarra una bolsa de plastico y te mira con cara de "apurate, que llevo un dia de perros".


Y el caos reina, y la gente se amontona, llevando sus compras y sus carritos con bebes. Flota en el aire un perfume de mil frutas, de humanidad acelerada por la oportunidad. Los turistas sacan fotos mientras viejitas chinas sin dientes compran kilos de gengibre. Y todos a los gritos, las familias anunciando sus descubrimientos y los vendedores atrayendo clientes con alaridos de "a buck a pound!" (a un dolar la libra), formula indefinida que aparentemente incita el interes (una libra de que?). Ademas de los puestos, hay en la feria locales fijos, al nivel de la calle mas algunos subterraneos, armados en sotanos a los que se accede por una escalera empinada. Alli imperan los pescados y mariscos, las carnes y los productos importados de todo rincon: aceitunas griegas, especias indias, dulces chinos de colores fosforescentes y mil latas de etiqueta incomprensible. Las carnicerias son alucinantes, por lo variado. Las hay Kosher y Halal, el equivalente musulman, mexicanas con cabezas de chivo que mas parecen ofrendas satanicas, vietnamitas con patos enteros colgando y paquetitos de organos de procendencia misteriosa. Aqui no hay manera olvidarse o negar la procendencia de nuestros guisos: las gondolas estan llenas de sangre.

Nuestros puestos favoritos son los que sirven comida al paso. No hay muchos, son los unicos en los que pudimos charlar un poco con los vendedores. Comimos almejas vivas con limon en un puesto de pescados y mariscos, al principio con un poco de aprehension, pero con casda ronda mas confiados. Eran deliciosas, con el sabor del mar vivo. Una maravilla. Nos dieron ganas de mas mariscos, pero no encontramos ningun otro puesto. Nos metimos entonces en el Union Oyster House, una marisqueria que abrio en 1746, opera continuamente desde 1826 y es uno de los restaurants originales mas antiguos de USA. Ahi nos sacamos las ganas de ostras sentados en una barra de piedra, acompañando los bivalvos con un blanquito frio.

hola bichin

sábado, septiembre 17, 2005

Carretera y Manta

So many restaurants, so little time! Caty y yo nos dimos cuenta de que cada vez que salimos juntos de vacaciones/viajes/paseos/mandados a la esquina, la comida ocupa un lugar importante. Los dos venimos de culturas meditrerraneas, quizas no es raro entonces que en nuestro exilio en los USA, la mesa sea lugar de encuentro, campo de juego, templo y lupanar. Y como sabemos que no somos los unicos pasajeros de este barco, alla va este experimento biografico, tan siglo 21 él. Vita brevis, epulo abundans